El libro «El Crític» de Richard Brinsley Sheridan, publicado por Arola en su edición en catalán, es una obra que ofrece una reflexión sobre el mundo del teatro y se burla de actitudes y hechos que forman parte de la mitificación que rodea a los códigos escénicos. También es una apología de la comedia como género, ya que expone la vacuidad del lenguaje grandilocuente de las tragedias tristes que, en realidad, no hablan del alma humana sino de elucubraciones alejadas de las emociones que conforman la vida.
La comedia, a través del mecanismo de la risa, nos acerca a la materia de la cual está hecha la experiencia, llena de momentos absurdos o cotidianos, pero nunca con dilemas tan claros ni un lenguaje tan supuestamente sublime.
En esta obra, Sheridan utiliza el metateatro, es decir, el teatro dentro del teatro, para hacer una crítica satírica de la sociedad y del mundo del espectáculo. El protagonista, el crítico teatral Mr. Dangle, se encuentra en una situación incómoda cuando se enfrenta a una representación teatral que cuestiona su autoridad y su capacidad para juzgar el arte.
Los personajes de la obra son diversos y representan diferentes estereotipos del mundo teatral, como el dramaturgo arrogante, el actor vanidoso y la actriz coqueta. A través de diálogos humorísticos y situaciones cómicas, Sheridan pone en evidencia las pretensiones y los excesos de estos personajes, mostrando la ironía y la hipocresía presentes en la industria teatral.
En mi opinión, «El Crític» es una obra ingeniosa y divertida que ofrece una crítica mordaz y satírica del mundo del teatro. Sheridan utiliza el humor como herramienta para cuestionar las convenciones sociales y los estereotipos presentes en la sociedad de su época. Además, la reflexión sobre la comedia como género y su capacidad para abordar la realidad de una manera más auténtica y cercana a la vida cotidiana es interesante y relevante.